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viernes, 10 de noviembre de 2017

Jugando al escondite y Punto intermedio

JUGANDO AL ESCONDITE

Desde este tren de vuelta a casa el mar no se deja atrapar. Llega con forma de playa desierta de noviembre y cuando quiero fotografiarlo el tren me introduce en la oscuridad de un túnel. 
Vuelve la luz y el mar se esconde tras los pinos.
Se deja ver. Parece quieto y sereno. Preparo la cámara y otro túnel me lleva a una noche sin luna tan repentina como inesperada. Cuando salgo de la noche la luz del sol me deslumbra y se multiplica en el azul del agua con pequeños destellos.
Otra vez lo intento. Otra vez resulta imposible.
Desisto.
Lo mejor es contemplar sin pretensiones. 

Imagen: Fred Calleri



PUNTO INTERMEDIO

En esta cuna inmensa que es el tren, me voy adormeciendo como un feto envuelto en la placenta de su madre.
A lo lejos, las grúas de un puerto y una pequeña franja de mar. Mi casa está cerca. Atrás queda la ciudad que me abre el corazón y se queda con la llave. Delante me esperan los abrazos. 

( Cris Carrasco García)

lunes, 4 de septiembre de 2017

Por algo son maestras

En el retiro a distancia Venerable Damcho nos dice:

- La emoción que trabajaremos mañana será la furia. Vayan pensando en ella.

Y una vocecita dentro de mí:

- Lo tengo fácil porque no soy una persona furibunda; alguna que otra vez me enfado, pero llegar a la furia... no. Yo soy muy tranquila.

Parece que Venerable Damcho también ha oído la  vocecita de mi cabeza:

- Si creen que no son personas furibundas piensen en el presidente de su país o del país que menos les guste.

Y en menos de tres minutos:

- ¡JOLÍN ESTAS MAESTRAS CÓMO DAN EN EL CLAVOOOOO! 

(Cris Carrasco García)
Imagen: Janet Hill

viernes, 26 de mayo de 2017

26 de Mayo de 2017

Una amiga de Dharma (el camino budista), cuelga en su muro la foto de una mujer judía y un hombre musulmán llorando juntos por las víctimas del atentado de Manchester, y súbito, raudo y veloz, alguien le comenta: " ¿Y por los niños de Siria quién reza?"

- Nosotros- Responde ella. 

Y el hombre, que quizá ya tiene las teclas cargadas para decir aquello de víctimas de primera y de segunda... Ese discurso que está tan de moda para no llorar por nadie, responde: " Ah, vale".

Sé que hay quien hace mucho esfuerzo en su día a día para tener presente el dolor de tod@s. De TOD@S. Lo sé de buena tinta. 

Gracias Antoine.

(Cris Carrasco García) 
Imagen: Isabel Guerra

domingo, 16 de abril de 2017

Cuando amaneció


Imagen: Akvarel



No me gusta demasiado explicar lo que escribo porque pienso que eso es robarle al lector o lectora su momento de magia y creación, pero en este caso voy a hacer una excepción: hace unos años, en una entrevista al cantautor Sisa, le preguntaron cómo se le había ocurrido en plena dictadura, en una época tan dura, cuando otros cantautores componían Al Alba, L´estaca, Al vent... Cómo él había compuesto una canción que hablaba de personajes de cuento y cómic, de Peter Pan, Carpanta, Campanilla... Y él respondió que quería transmitir que en las épocas más duras debemos dejar espacio a la inocencia, la ingenuidad y la fantasía. 
Hoy, con EEUU y Corea del Norte afilando cuchillos y misiles, con Alepo desangrándose y tanto sufrimiento a nuestro alrededor, quisiera hacerle un espacio a la inocencia, la ingenuidad, la fantasía y ¿ por qué no? A la esperanza. 
Dedico este poema a tod@s los que tienen fe en el ser humano, a l@s que oran y trabajan por la paz y a Sisa, que me dio una gran lección. 


Cuando amaneció
comprobé que el unicornio
no había sido un sueño
y desayunamos juntos.
Me dijo que al despertar
le alegró saber
que no me había soñado.
Me rogó que no se lo contara
a su psiquiatra
y ahora,
el unicornio y yo
tenemos un secreto. 

( Cris Carrasco García)
Imagen: Akvarel

martes, 14 de marzo de 2017

Con ellas


Pasa la tormenta que tanto daño ha hecho y amanece con un tenue sol velado por las nubes.
Desayuno. Es mi momento preferido del día. Tomo el té y leo algunas noticias. Veo que una amiga, una escritora muy sensible, ha colgado una entrada en su blog y corro a leerla. Habla de un nuevo libro que ayer le trajo el cartero ¡ qué alegría cuando el cartero llega con libros nuevos que esperas desde hace tiempo!. Esta novela narra una sencilla historia de amor en un país de frío y nieve. 
Y así ella siente que viaja con la imaginación. Viajar es mágico. Sea con el cuerpo físico o sea a través de los libros. Viajar sin salir de casa creando mundos perfectos aunque quizá los mejores sean los imperfectos.
Mi amiga también habla de "nuestras chicas": Jane Austen, Etty Hellisum,las Brönte, Emily Dickinson, que casi no salió de casa pero nadie puede decir que no tuviera una vida interesante, aunque al fin y al cabo ¿ qué es una vida interesante?
Descubro que estoy desayunando con ellas. A pesar del tiempo y el espacio me acompañan como me acompañaron aquellos veranos de la niñez y la primera juventud.
¡Qué desayuno tan bello!
¡Que todos los seres disfruten de tanta belleza!

( Cris Carrasco García)
Imagen: Deborah Dewit

viernes, 6 de enero de 2017

Cuestionario


En una página de literatura me preguntan con quién me tomaría un café... Ummm en primer lugar, ¿ podría ser un té? ¿ Sí? ¡Gracias!
Y después pienso y pienso:
Me tomaría un té con alguien que hablara bajito y pausado, con alguien que antes de hablar conmigo apagara el móvil y me mirara a los ojos, con alguien que no se sintiera incómod@ con el silencio y con alguien a quien no hiciera falta dar explicaciones.
¿ Vale esa respuesta? ¿Que tengo que decir nombres? Es que la lista se me hace interminable... ¿ Puedo poner a l@s que ya han abandonado su cuerpo? Quiero decir si puedo poner a l@s que ya no están viv@s...
La página de literatura me deja por imposible y me olvida.
Las páginas de literatura, a veces, son muy poco literarias. 

( Cris Carrasco García)
Imagen: Huguette Clarck


lunes, 12 de septiembre de 2016

40 Horas

Imagen: Irina Da Tiyatro


La mujer mira hacia el lugar donde estuvo su casa y se sienta en el bordillo agrietado de la acera. No parpadea. No se mueve. Sólo mira lo que fue su casa con eso que alguien llamaría serenidad pero que en realidad sólo significa que una idea está penetrando en ella gota a gota como ácido sulfúrico.
Por unos segundos desvía los ojos y murmura algo a la cámara. El periodista, que no espera que la mujer diga nada, le pregunta qué ha dicho y ella vuelve a murmurar: " Tengo miedo de que llegue la noche".
Y se le vuelven a llenar los ojos de escombros mientras el sol se esconde por primera vez tras el terremoto. 

( Cris Carrasco García)

viernes, 25 de septiembre de 2015

25 de Septembre de 2015

LLega ayer por la mañana mi chica : "¡ Cari, mira qué buena la programación de tardor del Auditori, hay ballet, ópera, hacen la obra "Sofocos" y tachán tachán....¡ La Plaza del Diamante!"... creo que esto último lo recalcó para que no hiciera mucho caso del ballet, porque a mí me apasiona pero a ella le cura el insomnio. 
Corriendo busco la manera de comprar las entradas para ver a la Colometa y, claro, hay que dar el número de la tarjeta... entonces recuerdo que el año pasado, más o menos, en el banco me hicieron una tarjeta de esas prepago que hasta ahora yacía en el cajón de los olvidos. Busco el pin para ir a cargarla y me encuentro con cuatro posibles y perdidos pins... vamos a cargar la tarjeta y acaba bloqueada porque no es ninguno de esos números.

Esta mañana voy al banco y le cuento la historia al chico de la caja. Me da el pin. Por fortuna me conoce y sabe de mi torpeza con todo lo que tenga que ver con el dinero y los bancos...

Vuelvo a casa y me dispongo ¡ ahora sí! a comprar las entradas. 

Entro en la página. Me piden localizadores y cosas que no sé. Salgo de la página. Vuelvo a entrar. Lo mismo. Vuelvo a salir ya con cierto cabreíllo...mi chica me dice que le dé a un cartelito que pone "finalizar", clico y se abre un mundo donde me piden números de tarjeta, nombres, direcciones de correos, códigos postales...más que comprando unas entradas parece que estoy haciendo un informe para la NASA. Al final, le doy al botón "confirmar". Entonces me sale un cartelito: " no ha seleccionado de qué manera desea recoger sus entradas". Vuelvo a mirar la hoja del interrogatorio ( la de la NASA) y en ningún momento se me pregunta lo que el cartelito dice que no he respondido. Miro otra vez. Nada. Otra. Nada. Deletreo cada palabra. Nada. Salgo de la página ya cuestionándome si ir al teatro o no... pero cuando me pongo cabezota me pongo.
Dudo de si se han cobrado las entradas y se me ocurre ir a la página donde está el plano para elegir las butacas y las que había supuestamente reservado aparecen como "ocupadas", entonces...¿ se han cobrado las entradas? Espero el correo electrónico de confirmación. No llega.
Entre tanto, como. 
Después de comer vuelvo a entrar. Ahora en el plano sale que las butacas están disponibles. Bien, eso quiere decir que no se las han cobrado.
Vuelvo a repetir la operación y después de alguna vuelta de peonza más, ¡compro las entradas!. 
Me llega el correo con ellas en PDF... cuando las abro sale la fotografía de la obra y el número de referencia pero la hora, la fecha y el lugar no se ven...
¡Anda que como luego no me guste la obra...!

( Cristina Carrasco)
Imagen: Agustina Guerrero ( si podéis, id a buscarla, es genial en su Diario de una volátil  y en Mamma mía) .¡ Me río tanto con sus tiras cómicas! y lo mejor es que al leerlas siento que de lo que me río en realidad es de mis propias neuras. 

jueves, 18 de junio de 2015

18 de junio de 2015

Imagen: William Whitaker

Remover la casa casi entera buscando un poemario escrito en la prehistoria y nunca publicado para salvar un poema que quizá estaría bien en el nuevo poemario... revolver cajones, ficheros, y en el camino toparme con recuerdos y personas, con tiempos pasados metidos en fundas de plástico como cadáveres esperando ser reconocidos.
Encontrar el poemario después de mucho tiempo. Arrugado y quizá triste. Encontrar el poema y leerlo una, dos, tres veces... decidir después de todo, que no sirve.
En su tiempo estuvo bien. Sirvió para aprender.
Ahora tengo otra vida. 

( Cristina Carrasco)

miércoles, 11 de marzo de 2015

11 de marzo de 2015


Una mujer vestida con chador pide limosna en el centro de Milán, a pocos metros del Duomo y muy cerca  del imperio de la moda.
Pasamos frente a ella y por unos segundos dejo de andar. La mujer no parece ver a nadie. Gianna y Nieve continúan caminando sin darse cuenta de nada. Algunas veces he visto a mujeres vestidas con chador, pero nunca a una de ellas pidiendo limosna. El negro sin elección de su traje o quizá su mirada perdida y resignada me mueven la compasión y pienso en darle unas monedas...Pero tal vez esté sometida a un hombre que la explota y se quede con el dinero que ella recauda... Comienzo a caminar con un pellizco en el corazón. ¿ He hecho bien? Quizá si no llega a casa con la cantidad que le dicen, le pegan...


Podía haber comprado algunas galletas y habérselas dado... Pero Gianna y Nieve han seguido caminando entre el río de gente. Nadie se detiene en el centro de la gran ciudad. La misma que me ha engullido.
La verdad es que me estoy mintiendo. Sólo yo me he dejado comer y he optado por el camino más fácil pasando de largo figiendo tener prisa.
No hay otro culpable. 

( Cristina Carrasco)
Imagen: Barbara Zambon

martes, 27 de enero de 2015

Libélulas

Quiero dibujar una libélula humilde y sencilla. Pequeña.
En apariencia frágil pero que atraviese océanos.
Como algunas mariposas.
( Cristina Carrasco)



¿ Qué has hecho? Me preguntas cuando llegas.
He dibujado libélulas que no quieren volar. 
( Cristina Carrasco)


Imagen: Cristina Carrasco



domingo, 15 de junio de 2014

15 de junio de 2014


Levantarse pronto para ir a ver el mar. Tren, tranvía y arena. Las nueve y media de la mañana y poca gente saludando al sol, que regala algunos de sus rayos para que el agua brille con lentejuelas.
Comienzo a caminar aprovechando que no hace demasiado calor y que no hay, todavía, demasiadas personas . Y pocos metros después de este comienzo, a mi izquierda, surge un grupo de chicas que van de despedida de soltera. Animadas, alegres, acompañadas por dos fotógrafas profesionales recogiendo para la posteridad esos momentos, poniéndose crema protectora y entre todas ellas, una chica albina se embadurna de crema mientras otra la protege con una sombrilla blanca y coqueta. Esta chica me hace recordar el cuento de La rosa albina , un relato que habla del miedo hacia los y las que son diferentes.
Sigo caminando y otro gran grupo de mujeres, esta vez musulmanas, tapadas de los pies a la cabeza dejando al descubierto sólo la cara. La mayoría viste con prendas vaporosas y los pañuelos en la cabeza son de colores oscuros pero de un gasa muy etérea. Alrededor de ellas, dos o tres carritos de niño. Intento fijarme en sus caras cuidando de no parecer entrometida y me doy cuenta de que la mayoría son muy jóvenes. Unas están sentadas sobre la arena, conversan entre ellas y se sonríen. Parecen felices y serenas.
Un poco más lejos, donde ya no hay pequeños enjambres de familias domingueras, casi en la orilla del mar, una mujer solitaria de cerca de sesenta años (si no los tiene ya o los sobrepasa), delgada, con el pelo blanco por debajo de los pechos y recogido en dos trenzas como una india americana.
No pasa nada, no hay nada que conecte a estos grupos ni a esta mujer entre ellas, salvo un sábado por la mañana de junio en una playa de Valencia con el mar vestido de lentejuelas solares y varias gaviotas plateadas buscando comida.
Parece simple, pero no lo es tanto. 

(Cristina Carrasco)
Imagen: Margarita Sikorskaia

domingo, 8 de junio de 2014

8 de junio de 2014



Personas sentadas en el césped, algunas en grandes grupos, tocando bongos, guitarras, cantando o jugando con niños y niñas.
Una señora con dos varillas unidas por dos cuerdas hace unas pompas de jabón grandísimas y nos quedamos mirando durante un buen rato, pero ella no se da cuenta, ¿o sí?.
Aroma de mijo, pita, cous-cous,  especias de la India y  libertad. En el fondo del todo, al final o al principio, según se mire, un escenario con música reaggie donde un rastafari canta imitando a Bob Marley. 
En un banco del principio, o del final, según se mire, tres mamás sentadas dando de mamar a sus bebés. Niños y niñas, con el pelo revuelto, caminando libres detrás de perros, gatos, otros niños o de pompas de jabón. Marionetas nuevas que imitan las antiguas. Reivindicaciones, pancartas, Amnistía Internacional, Radio Klara (aquellos años de adolescencia....), Salvem el Cabanyal, Unicef... Una empresa que hace casas de balas de paja ¡qué bonitas!. Gente comiendo, bebiendo cerveza y zumos naturales, rastas, tatuajes. No hay protocolo, sólo el imprescindible, el riguroso, el que se confunde con la más mínima ley cívica.
Ligera brisa marina que alivia el calor.
Poesía en movimiento. Marea humana. Alegría. Pelo largo. Mestizaje. Charlas, palabras en el viento, escucha. Fiesta. Pies descalzos sobre la hierba.
- Tía, he visto una señora con el pelo azul.
-¿A que es bonito? La yaya se tinta el pelo rojo y ella se tinta el pelo azul.
- Sí, es bonito. 
-¿Te gustan los hippies, peque?
-No.
-Bueno, pues ya te gustarán.
-Vale.
Bailemos porque otra forma de vida es posible. 

(Cristina Carrasco)
Imagen: Gina Lane

martes, 21 de enero de 2014

Carta que habla de vientos


Hola:
Hoy el cielo está repleto de nubes rojizas, sobretodo por el este, donde está el mar. Se mezclan con el sol saliente y forman una combinación  de terciopelos que al contacto del rojo con el amarillo se vuelven rosados.. El cielo tiene estos colores porque hace viento ( lo llaman Cierzo o Tramontana a este viento del norte, muy frío - no te rías- hace frío de verdad).
¿Qué quieres que te cuente? Te puedo hablar del mar, del sol, de la luz, del viento, de las hojas de los árboles...Porque hoy es un día que "se deja ver", un día para detenerlo todo, asomarse al ritmo de la ventana y dar las gracias por los colores y la vida. 
Sé que más allá de todo ésto el mundo se desangra. Ayer repartí cuatro naranjas: dos al chico que pide limosna en la puerta del supermercado y otras dos a la chica que se pone a su lado. Sin orgullo, como debemos hacerlo. Dando las gracias y dedicando el mérito. Pero cuatro naranjas son muy poco. Más bien nada. También di un euro al hombre que alegra la avenida tocando el saxofón. Como un flautista de Hamelin en versión saxofón. Siempre le echo las monedas en la funda abierta del instrumento, que así, de par en par, parece un cuerpo abierto en canal, una mujer desnuda mostrando toda su intimidad.
Pero cuatro naranjas y una moneda es muy poco.... más bien nada. 
 Aún así, el cielo me manda sus colores y las gaviotas siguen pasando por mi ventana. Me los manda a mí y al mundo entero. A todos los seres.
Disculpa esta carta tan larga y tal vez, extraña... como las novelas de Murakami que me recomendaste: " Es un escritor extraño este Murakami, te gustará", me dijiste. Y sí, me gusta mucho: surrealista y onírico, poético, triste, solitario, bello". ¡ Cuantos adjetivos! ahora no están de moda ¿sabes?
Debo irme.  El cielo está volviendo a ser azul al tiempo que el rosa se diluye. Tres gaviotas vuelan en dirección al mar y el viento está amainando. Los árboles bailan una danza mucho más tranquila que aquella que bailaban cuando comencé a escribirte.
Siento a lo lejos un leve rumor de saxofón y me imagino su funda abierta en canal y  salpicada de monedas.
Ha sido grato dejarlo todo para contarte el cielo y mirarnos en el espejo de las letras. 

(Cristina Carrasco)
Imagen: Anka Zuravleva

sábado, 28 de diciembre de 2013

Abro los ojos...


Abro los ojos y saco la cara de entre las sábanas. Estiro los brazos y siento calor de nido y cuna. El frío se quedó en la otra habitación, en un apósito de la rutina.
Me siento en la cama y recuerdo que he soñado con un vestido blanco, un zapato que pisaba un charco y un teatro. A lo largo de la mañana el sueño se pierde en la oficina de datos olvidados de la memoria ante el barullo de la realidad, o eso creo, porque en el fondo, me siento refugiada en un vapor de fantasía, en un tiempo tan sutil como lánguido y siento que mis movimientos son el espejo de este vapor inasible.
En la tarde recibo una visita con una bolsa de plástico " ya no me está bien y he pensado que te podría servir....".
Es el vestido blanco.
A veces los sueños surgen en la noche, nos acompañan en silencio durante el día  y se dejan ver con la puesta de sol para formar la realidad.


(Cristina Carrasco)
Imagen: Isabel Muñoz

lunes, 15 de abril de 2013

Mensaje


- Tengo que estar toda la semana en el hospital. Una prueba más. Estoy aislada porque me han inyectado una sustancia radiactiva... esta noche brillaré como una estrella.
-Perfecto. Cuando mire el cielo sabré que la estrella más brillante que vea, eres tú.

Cuando la poesía y el cáncer se dieron la mano.

(Cristina Carrasco)
Imagen: Catrin Weilz Stein


miércoles, 10 de abril de 2013

Misceláneas


Cuando viajo no me gusta llevarme nada "natural" del lugar que visito porque no quiero dejar ninguna huella de mi paso, y si me llevo una piedra, una hoja, una piña, pienso que siempre quedará en ese lugar el rastro de su ausencia.
Tampoco me gusta comprar cosas típicas, pero a veces siento la necesidad de un recuerdo palpable, así que un compañero de Dharma me contó lo que él hace cuando viaja: abre un bote de cristal, levanta el brazo y cierra el bote.
Me parece una gran idea. Así sólo me llevaré un poco de aire. Después, ya en casa, apuntaré fuera del tarro el nombre del lugar. Además, mi compañero me ha dicho que cuando tiene varios tarros de diversos sitios, los abre y une todos los aires. Entonces, a su alrededor se produce una extraña solidaridad y todo el mundo parece entenderse. Él lo llama: " La globalización buena".

(Cristina Carrasco)
Imagen: Muñeca diseñada por Marina Bychkova

domingo, 7 de abril de 2013

Nada


Me gusta la palabra "transitada" para nombrar a aquella persona que ya ha pasado por el tránsito de la muerte.
Cuando me pienso transitada, me veo en un vagón de tren que es una cuna gigante que me mece y me lleva a un lugar azul muy luminoso y pacífico.
Entonces no sucede nada.
Ni siquiera el miedo.

(Cristina Carrasco)
Imagen: Kathy Hare.

viernes, 22 de marzo de 2013

Familia política





En una parada del mercado, una mujer gitana ve pasar a un muchachito de su misma étnia:
-¡ Ay mi ierno, vente pa´mi casa y pídimi la Sara, que quiero tenel un ierno asina de guapo!
¿ Alguien le habrá preguntado a la Sara si quiere ser "pidía"?

(Cristina Carrasco)
Imagen: "Retrato de Camarón", de la pintora gitana Lita Cabellut.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Dulce




                                                 

Siempre había dicho que no le gustaba la dulzura. Pero cuando todos nos volvimos  pobres y pedíamos  pan y abrazos, se fue por un tiempo.  Los que estábamos a su alrededor  pensábamos vaya, se va cuando más falta hace… No tardó en volver con muchos sacos llenos a rebosar  de cosas visibles e invisibles.
Había ido a recolectar azúcar.
(Cristina Carrasco)
Pintura de Margarita Sikorskaia